Tengo la sensación vivir a ritmo de videoclip, pasando de una imagen a otra a un ritmo frenético. Ya no es que el cambio sea una obviedad en nuestras vidas, sino que parece que lo valioso es cambiar en sí mismo, sin plantearse de dónde ni hacia dónde. Pero, como ya he planteado en alguna otra ocasión, el cambio profundo requiere que haya algo que permanezca.
Y ahora que hemos cambiado de año me pregunto por lo que permanece, por las huellas de 2013. Esta es mi personal crónica del año que ya hemos despedido:
1. Cinco años. El 1 de septiembre de 2013 hizo cinco años que deje el Ayuntamiento de Getxo para iniciar una nueva etapa profesional en mi vida. Esa efeméride me deja la sensación de haber atravesado un umbral. No solo, que también, por haber ido surfeando la crisis con un resultado más que razonable, sino por la sensación de consolidación de mi proyecto profesional. Desde esa sensación el 2014 aparece como un año en el que poder hacer brotar mucho de lo que he ido germinando en este periodo.
2. Una película documental fue la que más huella me ha dejado de las vistas en 2013: “Searching for sugar man“. Me impresionó la historia que cuenta y la forma en que la cuenta. Una emocionante narración que hace presente la reflexión sobre el éxito, la relatividad, el destino, la forma de afrontar de la vida,… Y sigo preguntándome cuántos Rodriguez hay en este mundo que desconocemos y nunca llegaremos a conocer.
3. Me encantó la serie protagonizada por Kevin SpaceyHouse of cards“. Una despiadada crónica de la política cuando ésta es tan solo una lucha por el poder personal, en la que cualquier asomo de ideales o valores ha desaparecido totalmente. 
4. En el ámbito de la música, el festival de jazz de Getxo me dio dos momentos llenos de emoción. El concierto de Stacy Kent, intimista y romántico, y el de la Lincon Orchestra con Wynton Marsalis, lleno de swing y de fuerza a partir de una nutrida línea de vientos. Una gozada.
5. En cuanto a lecturas, el 2013 ha sido un año centrado en los libros profesionales, muy poca novela. Algo que espero corregir en el año que comienza. De lo leído, que no necesariamente publicado durante el año,  me han dejado especial huella “Managament inteligente“, de Rosseler y Senoner; “El coach extraordinario“, de Zenger y Stinnett; “Coaching y liderazgo de equipos” de Hawkins” y “¿Qué tal lo hago? Los secretos del feedback”, de Williams.
6. La muerte de Nelson Mandela también la he vivido como un hito significativo. Una persona de la que podemos aprender bastantes cosas, incluido que no hay nadie perfecto, que cada uno tenemos nuestro lado oscuro lo cual no nos impide que podamos hacer grandes cosas por los demás y por la sociedad en la que nos ha tocado vivir.
7. El 2013 también me deja la idea de transparencia, no solo por la nueva ley aprobada y el debate que ha traído consigo, sino por todo lo sabido a partir de la filtración de los papeles de Snowden.
8. Además, el pasado año he trabajado intensamente en torno a la temática de los códigos éticos para la administración pública, colaborando con el Instituto para la Gobernanza Democrática “Globernance”.
9. En las actividades de aprendizaje volvieron a dejar huella Katia del Rivero y Jan Jacob Stam, permitiéndome seguir explorando en la intervención sistémica en las organizaciones.
10. El diez lo voy a dedicar a las huellas que me deja 2013 en lo más personal. Soy de los que piensan que la transparencia no es un valor absoluto, tiene un límite, así que me vais a permitir que esas huellas concretas se queden conmigo, en mi intimidad.
Y ahora, a navegar por las aguas del 2014 con ganas e ilusión.