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No recuerdo dónde leí la frase, pero la idea de que “hoy comienza el resto de tu vida” se me quedó grabada. Me parece una metáfora muy sugerente para recordarnos que cada día es especial. “Hoy puede ser un gran día”, cantaba Serrat. Es una manera de hacernos ver que cada día es un buen momento de empezar cualquier proyecto, de renovarnos. A muchos les puede resultar contradictoria esta asociación de ideas con el comienzo del trabajo después de las siempre ansiadas vacaciones.

Asociamos el trabajo con rutina, con obligaciones, con madrugar, con aguantar a personas que en otras circunstancias evitaríamos,…. Y sin duda hay mucho de todo eso. Pero cada una de esas situaciones tiene su desafío, su aventura incorporada. La diferencia tiene mucho más que ver con los pensamientos que asociamos que con la característica intrínseca del hecho de trabajar. Sin embargo, parece que lo “socialmente correcto” es quejarnos por el final de ese periodo que parece resumir el sumun de la felicidad y que llamamos vacaciones.

Os propongo un juego, tratar de construir una narración de vuestras vacaciones que destaque los momentos más incómodos (las caravanas, las esperas en aeropuertos, la mala comida en determinado restaurante, los mosquitos u otros insectos que te masacraron, los niños que se pusieron enfermos, la pérdida de la batería de la cámara, los madrugones para las excursiones previstas, los vecinos ruidosos, el robo de la cartera, ….) o las situaciones más rutinarias o con menos interés. Seguro que lo consigues. ¿Eso cuestiona lo sugerentes e interesantes que son las vacaciones o su utilidad para recuperar energías? Sin duda que no.

¿Por qué no revisar nuestra interpretación de la cotidianeidad, del trabajo? ¿Por qué no buscar los desafíos del día a día? ¿Las oportunidades de descubrir cosas nuevas, de encontrar en las personas que nos rodean facetas y matices diferentes, de darnos la oportunidad de cambiar nosotros mismos? No hay dos días iguales, ni dos minutos, ni dos segundos. Disfrutemos de descubrirlos cada día. Este es mi desafío para el comienzo de este nuevo “curso”. Te invito a que me acompañes.